El Genocidio y Biocidio de Monsanto en Argentina
La amplia experiencia adquirida en Argentina después de varios años de imposición del cultivo de soja transgénica resistente al Glifosato[5]dan la oportunidad al resto del mundo de aprender la lección y no repetir los errores ni permitir las imposiciones que hicieron posible que Argentina se convirtiera en apenas una década en una "republiqueta sojera".
En 1996 y de manera absolutamente solapada y antidemocrática se permitió la introducción de la soja transgénica de Monsanto en nuestros campos. Sin estudios de impacto ambiental independientes, sin ningún tipo de consulta pública, sin ninguna discusión parlamentaria ni legislación que la avale.
Una simple disposición de la Secretaría de Agricultura creó en 1991 la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia)[6] que a partir de allí y con amplia participación de las corporaciones "asesoró" a la secretaría sobre la aprobación de OGM.
Ahora, mes con mes, vivimos en Argentina la emergencia de un nuevo problema socio-ambiental debido a la invasión territorial producida por la imposición del monocultivo de soja transgénica de mano de Monsanto y de un puñado de terratenientes y asociaciones empresariales de siembra.
Los impactos de las fumigaciones, el desmonte, el desplazamiento de campesinos, la falta de alimentos, las inundaciones y sequías, las nuevas enfermedades, son moneda corriente en las noticias pero solamente desde algunos medios alternativos aparece relacionada con la "sojización".
Todo esto viene de la mano de la instalación de una visión fragmentada de los problemas en que se ocultan las causas profundas de los mismos para analizarlos o mostrarlos, muchas veces de manera sensacionalista, pero siempre aislados y producidos casi como "fenómenos naturales".
Por eso lo primero y fundamental es recuperar la mirada integral de la problemática. Únicamente mirando y analizando la totalidad y la complejidad de la situación se podrá llegar a alguna conclusión útil para avanzar en alguna dirección y salir de la rueda destructiva en la que el modelo de agro-negocio-soja-transgénicos nos ha metido.
Después de años de expansión del cultivo de la soja transgénica en Argentina las consecuencias socio-ambientales son una verdadera catástrofe. Presentamos un breve repaso por los datos concretos que hablan de la tragedia de la soja en el Cono Sur.
Durante el año 2003 Argentina, exportó cerca de 25 millones de toneladas de harina de soja y el petróleo. Los casi 5,5 mil millones dólares obtenidos de las exportaciones de soja en los tres primeros trimestres del año dio a la economía un ascensor muy necesaria, ya que poco a poco se recupera de una recesión que llevó a un defecto y una devaluación de la moneda en 2002.
La tierra sembrada con soja se ha triplicado en la última década a casi 32 millones de Hectáreas en 2003, impulsado en parte por las enormes ganancias de productividad han hecho los agricultores mediante el uso de semillas modificadas genéticamente por Monsanto para resistir su herbicida Roundup Ready. En Argentina se sembrarán en la próxima temporada 38 millones de hectáreas de soja transgénica bajo la técnica de siembra directa.
Esta superficie representa más del 65% de la superficie agrícola del país.
Prácticamente 100% de la soja que se cultivará es soja transgénica resistente al herbicida glifosato (SOJA RR)[7].
La SOJA RR (Round Up Ready) es propiedad de Monsanto, la mayor empresa semillera del mundo y también creadora del glifosato, el herbicida que se debe utilizar para sembrar la SOJA RR. Monsanto controla 90% de las semillas transgénicas que se comercializan a nivel mundial.
Monsanto declaró que las ganancias generales aumentaron un 44% en 2007 con respecto al año anterior y un 120% en el 2008 en relación con el 2007.
Este año se aplicarán más de 200 millones de litros de glifosato sobre toda la superficie cultivada con soja en Argentina mientras en el año 1996 se utilizaban 13 millones 900 mil litros.
El producto comercial cuyo principio activo es el glifosato (Roundup) contiene además una serie de coadyuvantes que aumentan notablemente su toxicidad, fundamentalmente el surfactante poea (polioxietil amina) cuya toxicidad aguda es 3 a 5 veces mayor que la del glifosato.
Por supuesto que este uso intensivo de glifosato ya ha provocado el surgimiento de muchísimas malezas resistentes al glifosato. Algunas de las ya informadas son: Hybanthus parviflorus (Violetilla), Parietaria debilis (Yerba Fresca), Viola arvensis (Violeta Silvestre), Petunia axillaris (Petunia), Verbena litoralis (Verbena), Commelina erecta (Flor de Santa Lucía), Convulvulus arvensis (Correhuela), Ipomoea purpurea (Bejuco), Iresine difusa (Iresine) y recientemente el Sorghum halepense (Sorgo de Alepo) que por ser una maleza muy difícil de controlar ha despertado gran alarma.
Luego de pasar más de una década negando el surgimiento de malezas resistentes, Monsanto a través de su vicepresidente admitió este hecho y propuso una solución: reemplazar a toda la soja resistente al glifosato por una nueva soja resistente a un nuevo herbicida: el dicamba —de hecho aún más tóxico que el glifosato.
Además se utilizarán otros herbicidas y agrotóxicos para controlar malezas y plagas del monocultivo de soja ya que la siembra directa requiere de la aplicación de otros herbicidas antes de la siembra de la soja: entre 20 y 25 millones de litros de 2-4-D, otros seis millones de litros de atrazina y unos seis millones de litros de endosulfán.
Esta lluvia de agrotóxicos produce tremendos impactos sobre la salud de la población, animales domésticos, cultivos alimenticios y contamina suelos, cursos de agua y el aire en toda la extensión del cultivo de soja. Suman cientos los casos denunciados por distintas organizaciones e investigadores en los cuales está perfectamente documentado el impacto de los agrotóxicos en las comunidades y sus producciones.
La difusión pública de estas denuncias ha llevado a que recientemente la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas solicitara a la Corte Suprema de Justicia de la Nación la prohibición de la fumigación con glifosato.
Este avance desenfrenado de la soja se ha producido a pesar de que según recientes investigaciones de la Universidad de Kansas la SOJA RR, produce entre un 6 y un 10% menos que la soja convencional.
El monocultivo de soja repetido año tras años en los campos produce una intensa degradación de los suelos con una pérdida de entre 19 y 30 toneladas de suelo en función del manejo, la pendiente del suelo o el clima. Los agricultores de soja deben intercambiar la soja con el maíz u otros cultivos alimentarios
Cada cosecha de soja extrae año a año miles de toneladas de nutrientes de nuestro suelo que se exportan. Sólo como ejemplo podemos citar que cada año se van con la soja un millón de toneladas de nitrógeno y 160 mil toneladas de fósforo.
También cada cosecha que se exporta se lleva unos 42.500 millones de metros cúbicos de agua cada año (datos de la temporada 2005/2007) correspondiendo 28.190 millones a la pampa húmeda.
El investigador Walter Pengue en una entrevista que salió publicada el Lunes, 2 de febrero de 2009 en el diario Pagina12, mencionaba que:
–Se necesitan unos 550 milímetros de agua por hectárea en el caso de la soja de primera y 450 en la soja de segunda. Los nutrientes son otro factor. El costo de reposición del nitrógeno y el fósforo en el caso de la soja es un 25 por ciento del valor de la cosecha.
Hay un pool de nutrientes en el suelo que año a año se va achicando.(…) diez años atrás desaparecieron 110 mil productores. En un año, la Argentina puede tener tres cosechas continuas con rotaciones agrícola- ganaderas recurrentes sin restricciones. Eso tiene un valor que no es reconocido. Se está usando el agua a costo cero. Quién determina ese valor es El mercado internacional de granos: la oferta y demanda.
- No necesitan venir a invadirnos: a través del mercado internacional re-direccionan lo que tenemos que producir. El gobierno de China decidió utilizar los recursos en los países que no valoran el agua. Nos compran soja y destinan el agua que tienen para uso industrial, doméstico y agrícola. A futuro hay que discutir además la cuestión de la huella de carbono (cantidad de dióxido de carbono producida por un individuo medio en las distintas economías). A los europeos y norteamericanos ya les preocupa y están tratando de mitigarla, nosotros no le estamos dando importancia. Por la vía de la mitigación, con el tiempo, muchos van a pagar el costo del carbono como un impuesto, por ejemplo en los alimentos.
El mundo busca proteína animal, en lugar de vegetal, y esta última la utiliza para alimentar a sus animales, o peces, como sucede en China o la India. Entonces, nosotros producimos proteína de una calidad, a costo ambiental barato, y ellos producen la otra con la que se alimentan.
Por eso la economía ecológica cuestiona los modelos de consumo y apunta a un cambio de paradigma. Es importante dar esta discusión para ver si vamos a seguir produciendo soja u otro cultivo.
El Estado podría comerciar su producto más relevante a través de una comercializadora, argentina por ejemplo, que juegue en el mercado internacional. O juntándonos con países de la región y conformando una trader del Mercosur. Quizás, en parte, no se les ocurre. Pero eso sería una discusión con los sectores más importantes de la tierra, grupos corporativos que representan a países o que, incluso, los superan. Es más fácil discutir con los chacareros que con los pooles de siembra o con estos grupos expoliativos, que revientan los recursos naturales, los explotan a costo cero, toman sus ganancias. Grupos como Dreyfus, Bunge, Cargill, Monsanto, Bayer.
Dreyfus, Cargill y Bunge están comercializando una buena parte de los granos de la Argentina y lo hacen en un contexto legal que les damos como país. Tenemos que recuperar el manejo de los recursos naturales. Parte de América latina está apuntando a recuperar sus recursos, porque los países desarrollados los toman a costo cero. Los granos no tienen el valor del recurso intrínsecamente utilizado.
A su vez Monsanto, afirmó que la degradación del suelo y el uso de plaguicidas no se debieron a la utilización de su soja GM. Sostiene, (a sabiendas que no lo van a hacer), que los agricultores tienen que rotar los cultivos con el fin de permitir que el suelo se recupere. Sin embargo, debido a la creciente demanda de soja, que los agricultores de Argentina roten los cultivos y crece sólo soja, lo que va a dañar aún más el suelo. Cada año se deforestan en Argentina más de 200 mil hectáreas de monte nativo por el avance de la frontera agrícola debido fundamentalmente a la expansión del monocultivo de soja. Considerando que cada 500 hectáreas de soja requieren de un trabajador rural es evidente la expulsión de trabajadores rurales y campesinos de los territorios donde se cultiva.
Los grandes productores sojeros están obteniendo ganancias extraordinarias. El Grupo Los Grobo (Grobocopatel) que declara cultivar 150 mil hectáreas en Argentina y en todo el Cono Sur (Paraguay, Brasil y Uruguay) apuesta a controlar 750 mil hectáreas.
El modelo sojero produce una enorme concentración de la tierra en pocas manos ya sea por la adquisición de la tierra por grandes productores o por su arrendamiento por los "Pooles de Siembra". Como consecuencia en los últimos 10 años se han perdido más del 20% de los establecimientos productivos. La obvia consecuencia de esta concentración es que ha disminuido de manera dramática la producción de alimentos básicos para nuestro pueblo. Por citar sólo un ejemplo: el número de explotaciones lácteas disminuyó mas del 50% entre 1988 y 2006, pasando de 30 mil a 13 mil. En el caso del algodón su producción disminuyó en un 40% en la provincia de Chaco y un 78% en la provincia de Formosa como consecuencia del avance de la soja.
Miles de campesinos son expulsados violentamente de sus tierras para imponer este modelo y son criminalizados por resistir los desalojos y el avance de la soja. El Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) y el Movimiento Nacional Campesino Indígena permanentemente denuncian la persecución de campesinos del movimiento a causa de resistir la expulsión de sus tierras en forma violenta para imponer el cultivo de soja.
Finalmente es fundamental tener presente que la introducción de la soja transgénica en Argentina fue el mecanismo elegido por Monsanto para inundar de transgénicos el Cono Sur ya que fue desde Argentina desde donde se comercializó de manera ilegal la soja transgénica a Brasil, Paraguay y Bolivia (países en los que el cultivo de los transgénicos estaba prohibido), inundando estos países de transgénicos e imponiendo así, a partir de la contaminación, la República Unida de la Soja que poco tiempo después publicitaba Syngenta.
Diego Ignacio Mur
BWN Patagonia
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DATOS SOBRE INVESTIGACIONES ACERCA DE LAS CONSECUENCIAS DEL USO DEL GLIFOSATO:
Monique Marie Robin periodista, cientifica e investigadora, autora de "El mundo segun Monsanto" y el reciente libre "Nuestro veneno cotidiano", brindo evidencias suficiente como para asaegurar que Monsanto esta destruyendo la biodiversidad global y la salud no solo humana sino de todas las especies del planeta. Paralisis y otras afecciones neorologicas, ademas de mutaciones letales en la flora intestinal y problemas reproductivos son otras de las consecuencias que provacan los productos de Monsanto, como el glifosato o el DDT.
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Gilles Eric Serelini, docente de Biologio Molecular en la Universidad de Caen, en Francia y presidente del Consejo Cientifico de Investigacion Independiente en Ingeneria Genetica (CRIIGEN), un investigador de primera linea acerca de los riesgos de los transgenicos demostro, por ejemplo, ante la comunidad cientifica y la Ley que la toxicidad hepatorreal, es causa de los agrotoxicos diseñados especificamente para cada cereal transgenico. Sumado a esto se observan consecuencias metabolicas directa o indirectamente provocadas, para las cuales la modificación genética no puede ser excluida. Cancer, infertilidad, abortos, malformaciones fetales, en seres humanos y animales.
Monsanto es la mayor corporación en el mercado de los cultivos genéticamente modificados.
El doctor Andres Carrasco, que trabaja desde hace casi 30 años en el desarrollo embrionario y presidio el CONICET, efectuo en 2009 una investigación en la que comprobó que el GLIFOSATO produce malformaciones neuronales, intestinales y cardiacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en los campos argentinos. “El es GLIFOSATO es un veneno, aunque algunos quieran sacarle ese mote y decir que es un químico. Es un veneno porque mata hierbas”. El informe cayo mal y dos abogados de la CASAFE ( Camara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, que agrupa a proveedores de agroquímicos) amenazaron a sus colaboradores e ingresaron a su laboratorio. También fue victima de presiones políticas y se puso en tela de juicio la existencia de su investigación.
El GLIFOSATO. Diversos estudios científicos sobre toxicidad develaron efectos adversos en todas las categorías estandarizadas de pruebas toxicológicas de laboratorio en la mayoría de las dosis ensayadas: toxicidad sub aguada (lesiones en glándulas salivales) , toxicidad crónica ( inflamación gástrica), daños genéticos ( en células sanquineas humanas) , trastornos reproductivos ( recuento espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de anomalías espermáticas en conejos) , y carcinogénesis ( aumento de la frecuencia de tumores hepáticos en ratas y de cáncer tiroideo en hembras).
En estados Unidos los estudios requeridos oficialmente para el registro y aprobación del ROUNDUP READY, fueron procesados legalmente por el delito de prácticas fraudulentas tales como falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos, falsificación de estudios mediante alteración de anotaciones de registros de laboratorio y manipulación manual de equipamiento científico para que éste brindara resultados falsos. Este hecho lamentable señala que la información respecto a la concentración residual de GLIFOOSATO en alimentos y el medio ambiente no solo podría ser poco confiable, sino que además es sumamente “pobre”.
Vale decir que en Estados Unidos fueron evacuadas poblaciones enteras por contaminación transgénica y herbicidas de Monsanto, debido a casos de tumores cerebrales en niños de 8 años, cáncer y otras desgracias.
investigación científica de laboratorio confirma que el glifosato (químico fundamental de la industria sojera) es altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones. Así lo determinó el Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet-UBA (Facultad de Medicina) que, con dosis hasta 1500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones sojeras, comprobó trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales. “Concentraciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión, sugiriendo la posibilidad de que se estén interfiriendo mecanismos normales del desarrollo embrionario”, subraya el trabajo, que también hace hincapié en la urgente necesidad de limitar el uso del agrotóxico e investigar sus consecuencias en el largo plazo.
INFORME REALIZADO POR :
SERGIO FERNANDEZ
TECNICO SUPERIOR EN COMUNICACION SOCIAL
Y DEL CANAL "LAOTRACATAMARCA" EN YOUTUBE.
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